16 de Enero de 2021
Repita conmigo: ¡voy a confiar en Dios en las pruebas y sus propósitos! ¿Sabe usted que toda prueba tiene un propósito de Dios? Y no es solo que usted confíe que Dios lo ayude en la prueba, sino que usted confíe que hay un propósito por el cual va a pasar esa prueba.
Pero el hombre nace para los problemas la aflicción, sufrimiento, dolor, preocupación, trabajo. Como las chispas y las llamas vuelan hacia arriba. Job:5-7
Esto es bien importante entenderlo porque hay gente que vive una fantasía en su mente, Incluso hay quienes predican ese evangelio: ¡Jamás tendrás problemas! todo te saldrá bien! pero no es lo que la Biblia enseña. Todos tendremos problemas, todos seremos probados, todos podemos enfermarnos, todos podemos morir, todos podemos sufrir, esa es la Biblia. Job entendió después de tantas pruebas, que el hombre nace para los problemas. Puede ser que enfrentemos diferentes pruebas.
Imagínese usted ¿cuál sería la prueba más severa que usted pudiera enfrentar? Para algunos, es una crisis financiera, para otros la pérdida de su trabajo por muchos años, para otro la pérdida del negocio, para otros un divorcio, para otros el anuncio del doctor cuando le dice: ¡tienes cáncer y es maligno!, para otros la noticia de la muerte de un ser amado. ¿Cuál puede ser para ti la prueba más severa? Dios dice en su Palabra que usted nació para las pruebas y problemas. ¿Qué quiere decir eso? Que en Dios usted es capaz de pasar las pruebas.
¿Si usted piensa en un personaje de la Biblia por hablar de pruebas, en quién pensaría? Job, ¿verdad? Yo pensé lo mismo, pero escuchando el testimonio de un hombre de Dios, me hizo pensar mucho y me hizo entender algo más, que no solamente Job pasó las pruebas más severas en la Biblia, por supuesto nadie fue más probado que Jesús, pero estoy hablando de los hombres, de los seres humanos después de Cristo Jesús. ¿Sabe qué entendí ahora? Que la prueba más severa en la Biblia, la más severa que un ser humano puede pasar la pasó a Abraham.
“Pasado cierto tiempo Dios puso a prueba Abraham…” Génesis 22:1
¿Quién probó Abraham? ¿Quien te puede probar? ¿Quién te está probando? ¿Quién puede tener una prueba para tu vida? ¡Dios! Él incluso puede usar al diablo. Abraham enfrentó la prueba más severa que nuestra mente puede imaginar.
“…Dios puso a prueba y le dijo: Abraham, aquí estoy, respondió. Dios le ordenó Toma tu hijo, el único que tienes y al que tanto amas, y ve a la Región de Muriá. Una vez allí, ofrécelo como holocausto en el monte que yo te indicaré”. Génesis 22:1-2
Quiero que vea que Dios prueba Abraham pidiéndole un sacrificio humano, no era lo mismo que Dios le dijera: Abraham sacrifica cien vacas y cien corderos, a que le dijera: mátame a un ser humano, pero no cualquier ser humano, sino al hijo que más amas. Esto no encajaba con la teología que Abraham tenía de Dios. Hasta ese momento no había ningún dato de que Dios le hubiera pedido a alguien un sacrificio humano, teológicamente era de los paganos sacrificar humanos.
Yo quiero que usted que ha leído de Abraham, vea la magnitud de esta prueba. Esto ni siquiera encajaba con las promesas que Dios mismo le había dado a Abraham. Dios le prometió un hijo, le dijo que ese sería el hijo de la promesa. Abraham y su esposa Sara que era estéril, cuando eran ya muy mayores de edad, incapaces humanamente de concebir, Dios le da la promesa de que tendrían un hijo de ellos mismos y lo tuvieron, y ahora Dios le pide que lo mate para Él. ¡Esto es una prueba muy difícil! ¿Que cómo Dios le pide un sacrificio humano a un hombre de Él? ¿Por qué Dios llegaría al punto de capacitar a un hombre como Abraham y su esposa para tener un hijo que no podían tener? criarlo y luego pedirle que lo matara, no hace sentido, parece absurdo. ¿Porque Dios le pide a Abraham algo que parecía que él iba a violar la promesa? Dios le está pidiendo a Abraham algo que tenía que ver incluso con la línea del Mesías, si el mataba a Isaac afectaba la venida del Mesías. ¿Por qué decimos que es la prueba más severa que un hombre puede pasar? Una cosa es que se muera un familiar tuyo, una cosa es que alguien mate a un ser que amas, pero otra cosa es que tú lo mates con tus propias manos porque Dios te lo pide. ¡No tiene sentido! era una prueba muy severa. Abraham, como padre, tenía que matar con sus propias manos al hijo que amaba.
Si yo hubiera sido Abraham, yo le hago preguntas a Dios. Puedes explicarme esto? Yo no entiendo lo que me estás pidiendo. ¿Tú me lo diste, como me lo vas a quitar? Yo hubiera hecho eso.
“La mañana siguiente, Abraham madrugó y cortó la leña suficiente para hacer un gran fuego. Preparó su burro y se puso en camino al lugar que Dios le había señalado. Iba acompañado de su hijo Isaac y de sus dos sirvientes” Génesis 22:3.
Dios le acaba de pedir a este hombre la prueba más severa para un hombre, que mate para Él a su Hijo que ama. Y dice la palabra que al otro día madrugó, cortó leña, preparó todo para hacerlo. Yo soy una persona pensante, yo leo algo en la Biblia, pienso, pienso y pienso, este hombre tenía más de 318 sirvientes en su casa, cualquiera de ellos podía cortar la leña para este sacrificio, pero la Biblia dice que él mismo la fue a cortar. Esto es algo fuera de serie; ¿Porque quién preparó la leña para matar a su hijo? Abraham! ¿Quien preparó la cruz para matar a su hijo? Dios Padre, satanás no mató a Jesús, los romanos no mataron a Jesús, los judíos no mataron a Jesús. Dios mató a su Hijo por usted y por mí. Mire la prueba, Jesús no había muerto, pero ya Abraham está siendo guiado e inspirado por algo de Dios. Mire la clase de fe de este hombre.
“Al tercer día, Abraham alzó los ojos y a lo lejos vio el lugar, entonces les dijo a sus criados quédense aquí con el asno. El muchacho y yo seguiremos adelante para adorar a Dios y luego regresaremos junto a ustedes. Génesis 22:4-5
¿Qué dijo Abraham? Iremos, adoraremos y volveremos. ¿De dónde sacó semejante idea? Si tenía que matar al hijo.
“Abraham tomó la leña y se la puso a Isaac sobre el hombro. Luego tomó el fuego y el cuchillo, y los dos juntos se pusieron en marcha. Pero Isaac le dijo a Abraham Padre mío, tenemos fuego y leña. ¿Pero dónde está el cordero que vamos a ofrecerle a Dios? Génesis 22:6-7
Humanamente esto es algo agonizante que usted como padre sepa bien lo que va a pasar, pero que su hijo que está al lado no sepa lo que va a pasar y confíe en usted, que usted sabe lo que va a pasar, esto es algo tremendo. ¿Dónde está el cordero, papá? ¿Cuál fue la respuesta de Abraham?
“El cordero, hijo mío, lo proveerá Dios le respondió a Abraham y siguieron caminando juntos…” Génesis 22:8
¿Quién provee la prueba para ti? ¡Dios! Pero hay que creer, hay que confiar, hay que hacer lo que Dios nos pide, por muy dura que sea la prueba tiene un propósito y tiene una provisión, Dios te va a proveer algo para cumplir esa prueba.
“Cuando llegaron al lugar señalado por Dios, Abraham construyó un altar y preparó la leña. Después ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar encima de la leña. Entonces tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo”. Génesis 22:9-10
¿Recuerdan esa parte de la Biblia que dice en el capítulo 12 “Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia”? no se confunda con esto, Jesús es primero que todo hombre, pero Jesús no es el Padre de la fe, la Biblia dice que el modelo de fe para todo creyente es Abraham. Dios tomó la obediencia y la disposición de Abraham como un ejemplo para todos los que tenemos fe en Dios.
“Pero en ese momento el ángel del Señor le gritó desde el cielo Abraham, ¡Abraham!, aquí estoy! Respondió No pongas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas ningún daño, le dijo el ángel. Ahora sé que temes a Dios, porque ni siquiera te has negado a darme a tu único hijo” Génesis 22:11-12
Tres cosas le digo: 1.- Abraham pasó la prueba obedeciendo la Palabra de Dios sin importarle el precio. 2.- Abraham pasó la prueba al entregarse totalmente a la voluntad de Dios. 3.- Abraham pasó la prueba al demostrar cuánto respetaba a Dios a costa de lo que sea que Dios le pidiera.
La Biblia tiene un comentario de esta parte de Abraham, ¿cómo fue Abraham capaz de pasar la prueba? ¿Cómo Abraham pudo ser fortalecido para pasar esta prueba?
“Por la fe, Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su único hijo” Hebreos 11:17
¿Por qué tú vas a poder pasar toda prueba que Dios permita? Por la Fe en Él. Mire por favor esto, porque es maravilloso.
“Por la fe pasó la prueba, pero la fe en Dios lo llevó a pensar y a ver esto, porque pensó que Dios era poderoso para levantar aun de entre los muertos. De hecho, en el sentido de que Isaac estaba figurativamente muerto, potencialmente sacrificado, lo recibió en realidad de vuelta de entre los muertos”. Hebreos 11:19
Por la fe en Dios, Abraham supo que, si mataba a su hijo, Dios lo levantaba de la muerte. ¿Cómo lo vio? Por la fe lo vio, lo imaginó, lo pensó, lo supo y estaba convencido que Dios era poderoso para levantar de la muerte a su hijo. En la Biblia no hay ningún registro hasta el tiempo que Abraham vivió en la tierra, que Dios levantara algún muerto. La Biblia no muestra que Abraham vio a Dios levantar muertos, pero la Biblia dice que Abraham sabía que Dios lo podía hacer. ¿Cómo es eso posible? Fue todo dentro de él.
¿Está usted en una prueba? ¿Ha pasado por alguna? ¿Qué piensa? ¿Que se imagina? ¿Por la fe en Dios qué pensamientos tiene? ¿Que idea le viene? ¡Se acabó! ¡No sirve más! ¡Se destruyó! ¡Me abandonó! ¡Dios no me ama! ¡Se olvidó de mí! ¿Cuáles son tus pensamientos? ¿Cuáles son tus convicciones en medio de una crisis, frente a un problema, por la fe en Dios? Piensas bien de él o dices: ¡No entiendo, o sé por qué pasa, pero yo sé que Dios es bueno, yo sé que Dios no me va a dejar pasar esto, si hay un propósito divino!
Yo no sé que usted ha pasado, no sé que estés pasando, pero sí sé que todos somos probados. Si usted es una persona que tiene esa fantasía en su mente; ¡jamás tengo problemas! ¡Jamás los tendré! Usted vive una mentira que es muy peligrosa.
Ahora les quiero compartir que después de leer los 10 mejores comentarios de la Biblia, encontré que la mayoría de ellos coinciden en que Abraham pudo creer que Dios tenía poder para levantar a su hijo por la palabra que Abraham creía de Dios y la promesa que Dios le había dado. El supo que para Dios cumplir esa palabra, para no quedar como un mentiroso, porque Dios no puede mentir, Si Dios permitía que lo matara, se lo iba a devolver para cumplir la promesa. ¿Usted puede entender esto? ¿Ha pasado usted una prueba y no ha tenido respuesta inmediata? Y no ha entendido, ¿por qué?, a mi me pasa, a todos nos pasa. ¡No entiendo cómo fue esto! ¡Dime algo!, dame una señal! A veces la única palabra que escucho es: ¡confía! ¿Qué haces tú cuando estás con tu familia en una prueba y tus hijos te preguntan? qué les dices?
Confiamos en medio de las pruebas en las palabras de Dios. Esa persona por la cual estás orando a tu familia, más horas de oración por esa persona y más borracho se hace, más se mete en la droga, pero hay una promesa y Dios es poderoso para cumplir lo que ha prometido. Para mi familia creó esto y estoy convencido, aunque no lo vea, aunque no lo escuche, ninguno de ellos se va a perder. Yo creo que por lo que oyó de Cristo, que no quiso creer en esos últimos segundos de vida, puedo decir, ¡perdón! y Él aceptarlo y recibirlo, esa es mi imaginación, esa es mi fe, esa es mi convicción. Oro por ellos y cuando puedo les testifico, y cuando puedo les hablo, pero no dejo de confiar en la promesa.
Si realmente usted confía en Dios ¿Cree usted que Dios guarda su promesa? ¿Cree usted que Dios está sentado en su trono y que no lo ha perdido? ¿Cree usted que Dios está en control sobre todo? ¿Cree usted que nunca se equivoca Dios? ¿Cree usted que Dios no miente? ¿Cree usted que siempre cumple sus palabras y su fe? ¿Cree usted que Dios siempre cumple sus propósitos? De Jesús, no los suyos, los de Él siempre se cumplen.
“Por lo tanto sepan que los descendientes de Abraham son aquellos que viven por la fe. Así que los que viven por la fe son bendecidos junto con Abraham, el hombre de fe” Gálatas 3:7:9.
Job pasó muchas pruebas difíciles que ninguno de nosotros ha pasado, pero la Biblia dice que Abraham es el padre de la fe, El es el modelo de fe en Dios, el es el estándar, el referente, el patrón para saber cómo tener fe en Dios.
El ser humano, desea una vida cómoda. ¿Le gustan las comodidades? Es normal, ¿no? ¿le gusta un ambiente perfecto?, a los seres humano nos gusta eso, que todo nos salga bien, que Dios responda a todo lo que le pedimos, pero la realidad es diferente, muchas cosas no salen como esperamos, Dios no nos da siempre todo lo que le pedimos, oramos por algo y viene otra cosa. No tenemos un ambiente perfecto alrededor nuestro y eso es lo que la Biblia habla de la vida de fe. Job lo entendió bien y dijo: el hombre nace para la aflicción. ¿Cuántos se recuerdan de la oración al Padre Nuestro? ¿Como dice? “Padre nuestro que estás en los cielos, Santificado sea…”. Jesús dijo en el medio de esta oración “No nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal. Dios no puede tentar a nadie, las traducciones de las Biblias en español, la mayoría usan la palabra “tentación”, pero es el vocablo griego “Peirázo” Στον πειρασμόy en el Nuevo Testamento se usa para una prueba y se usa también para una tentación.
Cuando el diablo en Mateo 4 tentó a Jesús, era una prueba, estaba siendo probado. En la oración del Padre nuestro, lo que Jesús está diciendo es “Oren a Dios para que en ninguna prueba ustedes fallen”. ¿Pero cuántos de ustedes oran todos los días para no fallar en pruebas? Tal ves no es parte de su oración, pero Jesús mandó hacerlo.
Hace mucho tiempo leí una parte de un libro de un escritor y ministro de la Iglesia en Inglaterra que vivió al rededor de los años 1650, llamado Thomas Manton. Esto lo escribí y lo he tenido por años porque me impactó. En esta parte del libro hablaba de Jesús y las pruebas, Él dijo: ¡Dios tuvo un hijo sin pecado, pero no sin una cruz! Dios Padre tuvo un hijo, Jesucristo, sin pecado, pero no sin una cruz. Dios te tuvo a ti como hijo, pero no sin pruebas. Tienes que ser probado!
“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú. Estás conmigo en estas conmigo” Salmo 23:4
Abraham supo que en toda prueba Dios estaba con Él! Todas las pruebas vienen por un propósito, todas las pruebas vienen por diferentes medios, pero por la fe, tenemos que saber que hay un propósito divino.
¿Por qué propósito las pruebas pueden venir?:
“Sin embargo, cuando los príncipes de Babilonia enviaron una embajada para investigar acerca de la señal extraordinaria que había tenido lugar en el país, Dios se retiró de Ezequías para probarlo y descubrir todo lo que había en su corazón”. 2 crónicas 32:31
Dios no necesitaba saber lo que había dentro de Ezequías, Él lo sabe todo, Dios sabe lo que usted tiene adentro, sabe todos tus pensamientos, sabe tus deseos, aunque no los digas, aunque no los expreses, conoce todo dentro de todos. Él no necesitaba saber cómo era Ezequías, Ezequías necesitaba saber quién él era realmente. Dios te prueba para mostrarte a ti, ¿quién eres de verdad? ¿Cómo eres tú? Porque de boca podemos ser una cosa, en estas reuniones podemos ser una cosa, pero ¿cómo eres fuera de aquí? ¿Cómo eres de lunes a viernes? ¿Cómo eres cuando no estás con los hermanos de la fe? como eres si eres casado cuando no estás con tu cónyuge? como eres cuando tu familia no te ve? Ese es el verdadero tú. Ezequías necesitaba saber quién él era realmente.
La palabra corazón es el ser interior, no es el corazón humano, no es el que palpita, el que bombea tu sangre. Aquí se refiere a quien es el ser interior, quien en realidad era Ezequías. ¿Por qué Dios dejó a Ezequías? lo sanó, lo liberó de la muerte, pero Ezequías desarrolló una actitud soberbia, ese orgullo que le hace creer que se las sabe todas. Aquel milagro que Dios hizo con Ezequías lo supieron en todas las naciones, y el rey de Babilonia mandó príncipes para ver lo Dios había hecho. Cuando ellos llegaron a Ezequías en lugar de decirles lo que Dios hizo con él, de honrarlo, de darle la gloria, Ezequías se enfocó en él. ¿Sabe que hizo Ezequías? los llevó al palacio, les mostró sus tesoros, la plata y el oro. Es como que Dios lo prospere mucho a usted y una familia nueva en el Señor llega a tu casa y quieran saber lo que Dios ha hecho contigo, y usted les muestra la televisión y les muestra los carros: ¡mira el carro!, mira la marca! y empieza a mostrarle todo lo que tiene, les muestra la ropa, les abre el closet, le saca los zapatos, le muestra las pelucas, le muestra las joyas y le muestra los anillos, y la familia se va y nunca les habló de lo que Dios cambió y transformó en su vida. Eso hizo Ezequías, mostró los carros y los celulares, los tesoros, pero nunca les dijo: Dios me prospera, Dios me salvó, ¡Dios me perdonó! Tenga cuidado cuando usted dice que testifica a otros, porque a Dios esa actitud le es soberbia, a Dios no le importa que usted les muestre lo que tiene, eso se queda aquí cuando usted se muere, a Dios le importa que usted le diga a la gente, ¡yo era pecador!, yo vivía mal!, mi pago era la muerte, ¡pero él me buscó!, ¡él me perdonó!, él tuvo misericordia de mí. Y que usted le diga a la gente: si siendo yo malo, Dios me amó y me perdonó y me salvó, ¡lo puede hacer contigo! Ese es el testimonio que Dios espera de usted, no cuántos carros, ni casas, ni joyas, eso no tiene nada que ver con Él, pero eso es lo que hacen muchos, y no es malo, yo estoy diciendo que Dios no quiere que tenga cosas buenas, ¡por favor! pero no son la prioridad, no son el testimonio. ¿Sabe cuál es un verdadero testimonio? era una chismosa! y ahora es una mujer de Dios. Ese hombre era un alcohólico malhablado, pero ahora es un hombre que sirve a Dios. En esa familia todos eran unos ladrones, estafadores, pero ahora es una familia que sirve al Señor.
Dios esperaba que Ezequías hablara de Él y no de él. ¡Dios se enoja con esto! Y Dios lo probó, ya Dios sabía cómo era. ¿Para qué vino aquella aprueba? Para mostrarle a Ezequías como era de verdad. Hay personas que son de mil amores, pero cuando hay un problema, allí sale quiénes somos. Una prueba siempre va a revelar el verdadero carácter de todos. ¿Sabe por qué Dios permite problemas entre nosotros? para mostrarnos quienes somos. ¿Somos sólo de palabra? ¿O si somos verdaderos?
Hay gente que tal vez te ha hecho cosas malas, tal vez piensas que tienes derecho a corresponder igual, pero Dios los puede estar usando para probar tu carácter. Sabes cuál es la grandeza de Dios en esto? Dios no abandonó a Ezequías, Dios le estaba ayudando a desarrollar carácter. La Iglesia es un lugar para Dios desarrollar personas de carácter. ¿Ha tenido usted problema con la ira y el enojo? ¡Dios te ayuda! Dios nos ayuda a desarrollar carácter.
En momentos de éxito y cuando todo sale bien, todos son victoriosos, todos alaban a Dios, todos sirven a Dios, todos se congregan los domingos, pero cuando viene la presión, cuando las cosas no salen como la gente espera, ¿en dónde están? ¿A dónde van? Si hay un área en la que Dios ha tenido que trabajar fuerte conmigo y está trabajando y sigue trabajando es en el carácter. ¿Crees tu que Dios está trabajando en tu carácter?
La prueba viene para fortalecer y probar la fortaleza de nuestra fe. Dios puede traer pruebas a tu vida para demostrar la fortaleza o la debilidad de tu fe, pero cuando estás en un problema, ¿eres de los que todo el tiempo se quejan por lo que le pasa? ¿Todo el tiempo se enoja por lo que pasa? ¿Todo el tiempo se llena de ansiedad y de miedo? Cuando estás en una prueba, COVID, o falta de trabajo o lo que sea. ¿Eres de los que nunca más vuelve a congregarse? ¿Deja de servir a Dios, deja de buscar a Dios, deja de hablar de Él, de quien eres?
Un ejemplo bueno en la Biblia que me gusta mucho es Habacuc, el profeta de Dios hacia el pueblo de Dios. La sociedad donde vivía se estaba haciendo más mala y Habacuc no estaba contento de que Dios no hiciera nada para detener aquella maldad. Aparte de que los caldeos los iban a invadir y Habacuc no estaba satisfecho, ¿porque sabe qué estaba pasando?, Dios lo estaba probando para demostrarle que su fe en Él estaba débil. Y cuando Habacuc se dio cuenta que su única salida era poner su fe en Dios sin entender lo que hacía. ¿Sabe qué sucedió? Salieron del corazón de Habacuc aquellas palabras tan conocidas y recitadas de la Biblia:
“Aunque la higuera no dé renuevos ni haya frutos en las vides, aunque falle en la cosecha del olivo y los campos no produzcan alimentos, aunque en el aprisco no haya ovejas ni ganado alguno en los establos”. Habacuc 3:17
Era como decir: Aunque no tenga sanidad, aunque no tenga mucho trabajo, aunque no estoy ganando lo que quiera, aunque no tenga la casa que quiero, aunque me falta cambios y aunque toda mi familia no sea salva. Era como decir esas cosas. ¿Y qué dice Habacuc? Aún así, yo me regocijaré en el Señor, me alegraré en Dios, mi libertador. Aún en la prueba, aún en sufrimiento, yo me regocijaré en el Señor. Mi mente no comprende, pero mi corazón se regocija. No lo entiendo, es más, no me gusta, pero me voy a regocijar en ti. ¿Sabe lo que esa palabra significa allí? Es una palabra hebrea bien especial, significa “saltar de gozo”.
Aquí están los ministros de alabanza, empiezan a alabar al Señor, empiezan a levantar esa alabanza al Señor y a saltar de gozo. Y ahí está usted distraído en otras cosas. ¿Está en una prueba? tiene un problema? ¿Tiene una situación sin respuesta? paso un dolor en estos días? ¿Le costó salir de una situación difícil? regocíjese en Dios! no necesita una banda de músicos, no necesita cantores, dentro de usted vive el ser que produce el gozo que sólo Dios puede dar, el Espíritu Santo de Dios.
Y aquel el hombre de Dios dijo: ¡El gozo del Señor es mi fortaleza! ¿Es Dios tu fortaleza? ¿o es tu trabajo? o es el dinero? ¿o es tu familia? Porque para algunos todavía su familia es su Dios, viven postrados delante de su familia, no delante Dios. Ame a su familia, pero no más que a Dios, alabe a su familia, pero no más que a Dios. Alabe a su familia, pero jamás los adore, adore solamente a Dios.
Aunque no haya trabajo, aunque no haya productos, aunque no haya alimento, me regocijaré en el Señor, pero no paró ahí, Habacuc dijo: ¡Porque el Señor me da fuerzas! ¿Quien te da la fuerza? quien te fortalece? quién te puede dar más fuerza hoy? Desde que yo llegué empecé a fortalecerme en Él, solo estar acá, mover cosas, ayudar aquí, ayudar allá, luego empezar a alabar, fortalece. Usted no se puede ir de la casa de Dios más débil, se tiene que ir más fuerte, Él es tu Señor, Él es tu pastor, Él es tu Salvador, Él es tu ayudador, Él es tu proveedor, Él es tu Dios, Él es tu Padre, es el único que te puede salvar.
Si usted, en este momento está enfrentando una prueba, sea fortalecido en Dios, dígalo con su boca: ¡en mi Dios me fortalezco!
Dios puede probarte para mostrar quien verdaderamente eres. Dios te va a probar para mostrar la fortaleza o la debilidad de tu fe, pero no para dejarte así, sino para ayudarte a pasar esa prueba.
“Recuerda el camino por el que el Señor tu Dios te guió durante todos estos cuarenta años en el desierto para enseñarte a ser humilde, ponerte a prueba”. Deuteronomio 8:2
Dios te prueba también para enseñarte humildad. ¿Entiende usted que al ser humano le cuesta la humildad? la naturaleza humana es contraria, rechaza el ser humilde, el mundo considera que el humilde es uno que no sirve para nada, que es débil. Imagínese la humildad de Jesucristo, todo el poder de Dios estaba en Él, Él abría su boca y soplaban y mataba a todos los que estaban enfrente. Se estaban burlando de él, lo estaban clavando, pero fíjese en la humildad, dice: Padre, perdónalos porque ellos no saben. Él si sabía y ellos no sabían.
Las pruebas vienen para recordarnos que no debemos pensar con mayor confianza en nosotros que en Dios. ¿A usted Dios lo ha humillado? tal vez le ha pasado y ni cuenta se dio. Dios es experto en humillar a las personas, la tendencia del ser humano es la independencia de Dios, por eso es por lo que una de las cosas más difíciles para nosotros es aceptar depender de Dios. Piense en un gran ejemplo en la Biblia de alguien que haya sido humillado por Dios, hay muchos, pero menciono este, el apóstol Pablo, estudiado, súper inteligente, súper preparado, poderoso humanamente, aun asi lo botó del caballo, lo humilló desde allí, lo cegó, le devolvió la vista, lo salvó, lo llevó a un proceso duro de conversión y después este hombre fue usado poderosamente por Dios, tan poderosamente que de los 66 libros de la Biblia solo El escribió 14. ¡Poderoso! Dios lo llevó en espíritu al cielo, le mostró cosas que cuando Pablo regresó dijo: No se las puedo decir, no las van a entender. Las mejores cartas del Nuevo Testamento son las cartas de Pablo, las cartas y libros que más hablan a la iglesia son los de Pablo, pero la Biblia dice que Dios le puso un aguijón en su cuerpo y exactamente no sabemos que fue, algunos argumentan que era una enfermedad, otros que era un dolor, otros que era una debilidad, cualquiera que fuera, Pablo oró a Dios tres veces: ¡Quítame esto! Dios le dijo: ¡No! mi poder se perfecciona en tu debilidad.Dios estaba enseñando humildad a Pablo para que no se le fuera por encima todo lo que Dios le había dado.
¿Sabe qué hace la humildad cuando Dios nos humilla? nos recuerda a cada momento nuestra necesidad de mantenernos en contacto con Él.
¿Cuántos le dicen a Dios ahora, enséñame humildad? Wow!, ¡es una petición que requiere atrevimiento, Enséñame humildad, me falta mucho! ¡Esa es mi oración, enséñame humildad porque me falta!
Por ejemplo, ¿cuántos tienen cosas que Dios les ha dado por cosas materiales? pero el anhelo cuando uno se convierte a Cristo va cambiando por esas cosas. Uno las agradece, uno se alegra, pero no se convierte en algo obsesivo. A mí me han regalado cosas que yo no puedo comprar porque no tengo el dinero para comprarlas, pero ya Dios me ha llevado por un proceso largo, lo agradezco, me alegra, pero mis anhelos han cambiado y van cambiando. Hace unos meses atrás aquí en este lugar, una persona que por un tiempo estuvo viniendo, yo casi no hablaba con él, vino con una bolsa y me la entregó un día después del servicio y yo me fui a mi casa y la abrí y era un par de zapatos de mil ochocientos dólares. Cuando los vi dije: ¡Yo nunca hubiera comprado esto! No tenía el dinero, y ni, aunque los tuviera. ¿Sabe cuántas veces los he usado? Yo creo que tres, yo me los pongo, no tengo problema, pero mis anhelos no están en las marcas. No se confunda, no ando con zapato roto tampoco, lo que quiero decirle es, que cambió algo adentro de mi.
Usted quiere las cosas buenas, pero no son esa obsesión, esa hambre, esa desesperación. No se vaya a equivocar. Si alguien viene y me regala un carro de marca, no diré: ¡ay no lo quiero! No se equivoque, pero los anhelos cambian. Tampoco voy a pensar mal y me diga: Pastor le está hablando mal de mi carro. ¡No mi hermano amado, no! ¡Si Dios se lo ha dado en buena manera, disfrútelo! Sea Toyota, Nissan o Mercedes, ¡disfrútelo! pero que no cambien tus anhelos, que no cambies tu apetito porque hay cosas más valiosas.
Le voy a dar un ejemplo que le puede parecer raro, de esto de que Dios nos prueba por alejarnos de las cosas del mundo. ¿Recuerdan cuando Satanás tentó a Eva? La Biblia menciona tres áreas del mundo: los deseos de la carne, los deseos de los ojos, la vanagloria de la vida. Por supuesto los deseos de la carne son los placeres físicos, los deseos de los ojos es el anhelo de la acumulación de cosas y bienes, y la vanagloria de la vida es esa obsesión que hasta socialmente se convierte en importancia.
“No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él” 1 Juan 2:15
Quiero explicarle algo para que usted lo entienda claramente. Bíblicamente hay tres aspectos o tres maneras de hablar del mundo. La Biblia habla del mundo, la tierra que Dios creó, la Biblia habla del mundo, la gente que vive en el mundo, la cual Juan 3:16 dice que tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo por el. Pero en esta palabra es el tercer aspecto del mundo. El mundo es un sistema de valores contrario a Dios, satanás estableció esos valores, esas prioridades, esas cosas del mundo, el es el que las gobierna, el es el que la dirige, ¡a eso se refiere! No amen las cosas del mundo, porque el amor del Padre no está en ustedes y la gente piensa que lo mundano es solamente lo que se ve afuera, ¡no! lo mundano empieza adentro. Puede haber un creyente que habla muy bonito, que ora muy bonito, pero es mundano por dentro.
Diga conmigo: no voy a amar al mundo ni las cosas del mundo. Le voy a poner un ejemplo muy simple pero ilustrativo. ¿Se recuerda el milagro de la multiplicación de los panes y los peces? Jesús está con sus discípulos, Él les empieza a hablar la palabra, una multitud lo venía siguiendo, se juntaron miles. Se supone que había más de veinte mil personas entre padres, mujeres e hijos, llevaban horas ahí y tenían hambre.
“Cuando Jesús alzó la vista y vio una gran multitud que venía hacia él, le dijo a Felipe, ¿Dónde vamos a comprar pan para que coma esta gente? Juan 6:5
Jesús hizo una pregunta a Felipe, ¿Dónde vamos a comprar pan para que coma toda esta gente? Felipe era de Betsaida, era la región más cercana donde ellos estaban. Si alguien sabía dónde ir a encontrar comida era Felipe, el era de la región, estaba cerca de dónde el estaba.
“Ni con el salario de ocho meses podríamos comprar suficiente pan para darle un pedazo a cada uno respondió Felipe” Juan 6:7
Y parece que Felipe empezó a hacer cuentas, parece que sacó el celular y empezó a sumar, parece que incluyó los recursos de todos los discípulos, el salario de ocho meses pensó: ¡No podemos! Tal vez pensó: aquí no hay tiendas, no tengo un Costco, no hay un Walmart, no hay un Publix, ¿donde compro comida para toda esta gente?
“Esto lo dijo solo para ponerlo a prueba, porque él ya sabía lo que iba a hacer” Juan 6:6
Jesús quería enseñarle a Felipe que las cosas materiales no son lo primero, que los recursos financieros no son la prioridad más grande, es importante? ¡Si! es necesario? ¡Sí! pero no lo más importante, ni tampoco lo más necesario. Puede ser que limitemos la obra de Dios en nosotros por suponer que sabemos lo que hay que hacer. Tal vez estás en una prueba y Dios te está enseñando cuáles son los valores más grandes y con esa prueba te quiere alejar de las cosas del mundo. En el mundo la gente tiene su confianza en el dinero.
¿Cuales son las personas de las que más hablan en los noticieros en estos meses? de tres o cuatro hombres, los más rico del mundo, en todos los noticieros hablan de ellos. Hace 30 años tenía 20 millones, hace 10 años tenía 618, en el 2021 tiene 310 millones, y aplauden la riqueza y reconocen que el poder está en el dinero. Jesús está corrigiendo a Felipe: No pongas tu esperanza en las cosas, Felipe. Felipe está con Jesús. ¿Cuál fue la pregunta que Jesús le hizo? Jesús le dijo: ¿Con qué pues vamos a comprar pan para toda esta gente? Jesús no le dijo: Felipe mira a ver cómo resuelves tu, ve a buscar y a ver qué haces. Esa no fue la pregunta de Jesús. Jesús le dijo: ¿Con qué “vamos” a comprar? Jesús está incluido en la prueba con Felipe, pero Felipe, por tener sus ojos en las cosas del mundo, se le pasó por alto.
En la prueba podemos olvidar quién está con nosotros y poner nuestros ojos en las cosas, ¿en que nos pueden dar? cómo nos pueden ayudar? Y Dios, el que hizo el cielo y la tierra, el que levantó a los muertos, el que abrió un mar en el desierto, el que abrió las nubes y descendió fuego, ¡está contigo! nunca te dejó, aunque te pruebe, Él va contigo en la prueba.
A mí me maravilla esta pregunta, porque le dijo: ¿Con que “vamos” Felipe? era para que Felipe dijera: que? tu y yo? yo no tengo, pero tú sí puedes y si yo estoy contigo y tú estás conmigo, no sé cómo, pero si se va a poder. Recuerdan aquel pasaje cuando Jesús le dice a sus discípulos en Marcos capítulo 4: ¡Métanse en la barca, pasemos al otro lado! Él no les dijo: ¡Vayan a ver cómo les va!
Cuando Dios nos mandó a mi esposa y a mi a abrir el ministerio, que yo recuerde, no nos dijo: Vayan a ver cómo les va, ahí me cuentan. ¡No! desde el primer día escuchamos que Dios nos dijo: Yo estaré con ustedes todos los días. Por eso mi hermano, en años de años, con fracasos, con errores, con ataques, con pruebas, con traiciones, con ausencias, con debilidades, con muchos que se han ido y otros que vienen, esta sigue siendo una casa de Dios, porque Él fue el que la abrió, Él es el único que la puede cerrar.
Jamás Dios te ha abandonado en la prueba, por muy dura que sea la prueba que has pasado o que estés pasando, no dejes de ver quién está contigo. El que te prueba va contigo. Los discípulos no vieron a Jesús subirse a la barca y cuando la tormenta se levantó en medio del mar y la barca casi se hundía, la Biblia dice que todos temblaban de gran miedo, de repente viene Jesús caminando sobre el agua y el miedo los hizo ver un fantasma, pero uno entre todos, ¡uno! el iracundo Pedro empezó a tener fe y miró a aquella persona sobre el agua. Yo me imagino lo que pasó en la mente de Pedro: no, no, no, este no puede ser otro, ¡tiene que ser Él!, y le dijo: Señor, si eres tú, dime que vaya a ti. Y la Biblia dice que el Señor le dijo: Ven. Y fue el único hombre después de Jesús que se paró en el agua como Él se paró, pero se volvió a debilitar en medio cuando iba caminando sobre el mar, la tormenta no había parado, los problemas seguían viniendo, la prueba se levantaba más y empezó a ver la prueba, ¡y se hundió! Pero la Biblia no dice que Jesús le dijo: ¡Ahógate Pedro! ¡Ahora si te fastidiaste! ¡No! la Biblia dice que rápidamente metió su mano y lo sacó del agua, no lo llevó arrastrado en el agua diciéndole: ¡nada Pedro! lo paró y lo llevó con él y lo metió en la barca. ¿Sabe por qué? Porque Él estuvo todo el tiempo con ellos en la prueba.
Al diablo le gusta que cuando estás en problemas, en pruebas, te olvides que Dios está contigo. Pero yo quiero que tu digas hoy: Yo sé, aunque no lo vea, que no lo escuche, aunque no lo sienta, por mi fe en Él, yo sé que mi Dios está conmigo todo el tiempo y que nunca, nunca me va a dejar.
Dios te puede probar para apartarte de las cosas del mundo, relaciones, amistades, trabajos, Dios lo puede hacer porque esas cosas del mundo, si no te apartas de ellas, te pueden apartar de él. ¿Has pasado una prueba y puedes decir ahora, Dios me ayudó! no fui yo, ¡fue Dios! ¿Has sido bendecido, ero pueden decir: ¡El me bendijo!? yo no lo merecía, pero él me bendijo. ¿Dios te ha prosperado en algo y puedes decir: ¡Él me prospera! ¿Dios te ha salvado y puedes decir: ¡no lo merecía, pero me amó tanto que me ha salvado! ¿Puedes decir por tu familia que no es salva: ¡yo sé por el amor de Dios, que será salva!
No quiero que termines esta lectura sin estar convencido de que a pesar de que no has salido de la prueba, ¡Dios está contigo!, ¡Dios está contigo!
Pastor Carlos Valenzuela.